Esta frase atribuida al suizo Ernst Götsch, padre de la agricultura sintrópica, describe en 4 palabras la íntima relación entre el suelo y el cielo del planeta inteligente que habitamos.

Los bosques son organismos vivos y complejos que ejercen influencia en el ciclo de lluvias y en la infiltración de agua en el suelo profundo. Según Ernst Götsch, un bosque de más de 500 hectáreas es capaz de provocar un aumento en la formación de nubes y precipitaciones en la región de influencia, en un orden mayor al 300%. En su experiencia regenerando el bosque de su Finca “Olhos D’Agua” en Brasil, ha obtenido datos de un incremento de 600 a más de 2000 mm en la precipitación pluvial.

La fotosíntesis, la respiración celular, la transpiración de las hojas y la condensación del vapor de agua que ocurre en los bosques densos estratificados, son los fenómenos que explican una mayor incidencia de agua en estas regiones, por lo que plantar árboles supondría una respuesta a los desafíos hídricos. Esta no es noticia nueva, sin embargo, la frase “el agua se planta” nos invita a ampliar nuestra visión y a comprender que nuestro planeta es un macroorganismo vivo con múltiples componentes interdependientes que interactúan entre sí.

La continua deforestación y degradación de los ecosistemas causada por actividades como la tala y quema para sostener la agricultura hegemónica, la ganadería, así como el desarrollo urbanístico que no prioriza la infraestructura verde ni su integración al ecosistema urbano, son temas que debemos replantearnos ante la crisis hídrica actual. Un área de suelo desnudo, desprovisto de cobertura vegetal abundante se convierte no sólo en un desierto sin vida, sino que supone menos agua.

En muchas regiones de nuestro querido Chiapas vemos grandes extensiones de áreas deforestadas, selvas perdidas, ríos muertos y ciudades de cemento, de ahí la gran importancia de rescatar a nuestro estado con una reforestación intensa, con la conservación y desarrollo de infraestructura verde en las ciudades y con prácticas agrícolas sostenibles que recuperen el equilibrio del agua.

¡Plantemos agua!